En verano hace mucho, mucho calor.
Lalo, el ratoncito y Lilo, el conejo, deciden comprarse un gran helado.
-Yo sacaré una munedita de la alcancía- exclama Lalo.
-Y yo iré a comprar el helado- propone Lilo.
Lilo hace mil proyectos y piensa:
"Quiero un helao grande como... como..." y ni siquiera sabe como qué.
Cuando llega a la heladería, Lilo saca la moneda.
-Quiero dos helados -dice-, pero así de grandes. Y el heladero llena los cucuruchos-
Después, tranquilo y contento, Lilo vuelve sobre sus pasos comiendo su helado y sosteniendo bien el del amigo. El ratoncito lo espera en la puerta.
Pero Lilo ha empleado demasiado tiempo en llegar a casa, y ¡el helado está todo derretido!
-Eres tonto-lo responde Lalo-, y ahora por culpa tuya me quedare sin helado.
Pero Lilo exclama: -Voy a buscar otros dos helados, pero esta vez me pondré patines.
-¡Magnífico! - grita entusiamado Lalo.
Y agrga en seguida: -Aquí tienes otra moneda.
Lilo, sobre sus patines, hace velozmente el camino hacia el heladero y regresa muy contento con dos cucuruchos.
Pero desgraciadamente el helado se a derretido tambíen esta vez.
-Lo siento mucho- murmura Lilo.
Lalo reta severamente al amigo y corre a buscar otra moneda de la alcancía.
-¡No sirves para nada!- grita.
Pero Lilo tiene otra brillante idea.
-Con el monopatín a motor ire rapidicimo- exclama.
Y poniendose el caso y los anteojos, parte para la gran carrera.
El conejo regresa llevando bien alto el helado de Lalo y piensa: "Ahora Lalo tendrá su helado enterito y podrá saborearlo".
¡Pero una vez más el helado se ha derretido durante el viaje!
Lilo trata de explicar lo susedido a Lalo, pero éste está muy enojado.
-¡No eres capaz de hacer nada bien!- le dice.
Lilo se siente muy mortificado, cuando depronto tiene una brillante idea.
...Y aquí está: el aeroplano rojo y amarillo.
-¡Esta vez no fallaré! ¡Prepárate a comer el helado mas grande del mundo!
Muy sastifecho, Lilo regresa an la avión, llevando bien alto el gran helado de su amigo.
Pero su mala suerte quiere que un loro se coma todo.
-Sucedió algo increíble-trata de explicar Lilo, avergonzado-. Un loro se lo comio todo sin que se diera cuenta de nada.
Lalo esta furioso: -¡Eres verdaderamente tonto! ¡No me fio mas en tí! Ven, iremos en automovil.
Dicho esto, partieron y el distraído de Lilo, a pesar de que era muy grandote y casi no cabía, estaba muy contento porque le gustaba mucho ir de paseo en automóvil.
Mientras tanto el carrito de un heladero iba lentamente por el medio de la calle...
...Y ¡Patapúm!, el auto de lalo choca con el, haciendo volar helados y pasajeros.
Por fin, despues de tantas dificultades, Lalo se encuentra con que en vez de un helado tiene un carrito de helados, en los que hasta puede darce un baño.
que genial historia!!!.. me trae recuerdos de mi infancia cuando mi hermana muy pequeña trenian hehepatitis y lo leía 10 veces x dia jejeje
ResponderEliminarQue lindo recuerdo me trae ,mi madre me lo había regalado este cuento,me lo recuerda a ella,que me esta mirando desde el cielo.
ResponderEliminarEra mi cuento preferido de niña. AHORA SE lo leo a mi hijo. Nos reímos mucho con Lilo y Lalo
ResponderEliminarGracias por publicarlo! Me trae lindos recuerdos! Tendrás todos los dibujos del libro? Me gustaría mostrárselos a mis sobris
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