A Chip y Dale les habían regalado unas nueces y estaban deseando comérselas.
Pero la cáscara estaba durísima y les fue imposible romperla.
Chip encontró pronto una solucion.
Colocó una cáscara de plátano en la acera.
Un poco mas lejos colocó las nueces y, seguidamente, los dos amigos se escondieron.
Muy tranquilos esperaron que pasaran algún peatón distraido.
Seguro que no iba a tardar.
Pronto pasó Donald, tan despistado como siempre, y pisó la piel de plátano.
Resbaló y salió disparado por los aires cayendo, precisamente, por los aires cayendo, precisamente, encima de las nueces.
Chip y Dale acudieron a recoger sus nueces abiertas.
Donald estaba furioso.
es un lindo cuento
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